Un 17 de noviembre allá por el año 2008, alrededor de 5 mil familias realizaron la toma de tierras más importante de los últimos tiempos, dando vida al “Barrio 17 de Noviembre”, a la vera de camino negro, en el partido de Lomas de Zamora.
Aquel lunes la noticia empezó a recorrer las calles de Lomas: miles y miles de personas se estaban instalando en ese enorme terreno abandonado, a pocas cuadras de Puente La Noria.
A un vecino alguien le comentó que estaban ocupando el campo, y no tuvo mucho que pensar, porque no tenía donde vivir.
Una vecina que andaba necesitando un pedacito de tierra para vivir con sus hijos, se enteró de la toma y les aviso a las mujeres de su barrio. Ellas también tienen sus hijos y también tienen la necesidad.
Algunos otros se enteraron tarde y ya casi no quedaban terrenos, pero la urgencia fue más fuerte y se metieron igual, y encontraron un lugar al lado de una laguna, y ahí mismo se quedaron. Una noche hubo una tormenta muy fuerte. A la mañana siguiente sus posesiones amanecieron flotando en el agua podrida.
“La necesidad muchas veces obliga” dice una vecina. Paradójicamente en esos recovecos desafortunados del discurso de la “moral” y la “legalidad” un derecho negado se vuelve delito y unos vecinos sin techo se vuelven delincuentes. La disputa es 1 dueño Vs. 5 mil familias, pero la relación de fuerzas sigue siendo desigual. Los desalojos y la represión no tardaron en llegar.
Sin embargo, la realidad era más dura que los palos, no había nada que perder. 120 hectáreas de tierras pantanosas, abandonadas hacía más de 40 años, fueron ocupadas por miles de personas que, cansados de esperar, decidieron tomar su futuro y el de sus hijos en sus propias manos.
Organización, cooperativismo y solidaridad, es la propuesta de las familias del barrio 17 de Noviembre, que comparten un mismo sueño de tierra y dignidad.
Texto: Mariana Lanús Rieznik
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