Hasta hace cincuenta años en sus aguas cristalinas podían verse peces, ranas, anguilas y en sus alrededores una incontable variedad de pájaros e inclusive, garzas.
La expansión de la metrópoli y la instalación de industrias, que sin ningún tipo de control tiran los desperdicios en sus aguas, forma parte de la trágica historia de la destrucción de la vida en los arroyos de la zona suburbana. Cuentan los vecinos, que el arroyo San Francisco vio sus primeros síntomas de deterioro a partir de la instalación de un Matadero de vacas que luego de 10 años de vísceras vertidas, volvieron a sus aguas turbias y mal olientes; luego, la basura domestica y los desperdicios provenientes del consumo se impusieron ante el espectáculo de la naturaleza.
En el año 2009 estudiantes, graduados e investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA fueron convocados por las organizaciones sociales y vecinales de la zona para realizar los primeros estudios sobre los pozos de agua particulares. Encontraron que en el barrio Mariano Moreno del partido de Almirante Brown el 100 % de los pozos el agua no era apta para el consumo humano, teniendo “signos de contaminación microbiológica y fisicoquímica”.
El Taller de Aguas está compuesto por estudiantes y profesionales de la UBA que proponen un ida y vuelta entre el claustro académico y la comunidad en la construcción del conocimiento. Actualmente realiza su trabajo junto a las organizaciones sociales vecinas como El Galpón Cultural, las cuadrillas de trabajo comunitario de las cooperativas Mundo Nuevo y Norberto Salto, sumados a la Asamblea Popular de Claypole.
La zona de trabajo propuesta es desde la avenida 2 de Abril - ex Londres- hasta la avenida. Lisandro de la Torre en la localidad de Claypole, cubriendo aproximadamente 400 metros. El objetivo es la mejora socio-ambiental de la zona hacia un espacio de recreación y toma de conciencia sobre la importancia de tener el afluente limpio, cosa que proporcionaría una mejora en la calidad de vida de los vecinos.
Durante el año pasado y el anterior las jornadas laborales abarcaron la limpieza del cauce y las márgenes del arroyo, la restauración física del mismo, la implantación y trasplante de plantas en las márgenes y plantas acuáticas para una restauración biológica del arroyo. La tarea incluye la remoción de nutrientes y materia orgánica.
La vida no cesa de reproducirse, el vivero esta colmado de plantas verdes para el trasplante en la ribera y las acuáticas esperan en piletitas el momento de ser depositadas en el torrente amarronado. Los vecinos toman conciencia, el arroyo es su aliado y pide respeto, un respeto que será prontamente retribuido cuando llegue la primavera y las mariposas multicolores llenen el espacio, las ranas devuelvan su canto, el olor ácido sea reemplazado por el aroma de las flores y las garzas extiendan sus alas en vuelo rasante.
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